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Un pequeño utilitario está estropeado en el arcén de una carretera cuando se para un Ferrari y el conductor pregunta al del utilitario si necesita ayuda.
El del utilitario le dice que si, que le agradecería si le remolcar hasta el taller más cercano, pero que, por favor, no pase de 50 Km/h. El del Ferrari acepta, y el del utilitario le indica que si pasa de esa velocidad, le pitará para que disminuya esta.
El Ferrari comienza a remolcar al utilitario y empieza a ir a 30, 40, 50. Al intentar ir más rápido, el del utilitario empieza a tocar el claxon y el del Ferrari disminuye la velocidad hasta los 50 Km/h convenidos.
Pero llegan a un semáforo donde hay otro Ferrari, y ambos Ferrari se pican. Empiezan a ir cada vez más rápido el del utilitario tocando el claxon como loco con gran pavor ...
Al día siguiente dos personas mantienen la siguiente conversación:
“¿Sabes que ayer vi a dos Ferrari picados?”
“¿Y qué tiene eso de extraño?”, dice el otro.
“¡Lo extraño es que detrás había un utilitario pitando como loco para poder pasar!”
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El Banco de España y su famosa cámara acorazada |
NOTA.- Pulsa sobre las imágenes para verlas a mayor tamaño y con su pie de foto correspondiente.
En 1782, Carlos III fundó el que recibió el nombre de 'Banco de San Carlos'. Posteriormente, en 1829, se le dotó por la Corona con un fondo de 40 millones de reales. Con este dinero los accionistas fundaron el Banco Español de San Fernando (por ser rey Fernando VII), banco que tuvo la facultad de la facultad de emitir billetes en régimen de monopolio en Madrid, y que en 1847 se fusiona con el otro banco emisor en Madrid, el Banco de Isabel II pero conservando su nombre y el gobernador.
Finalmente, en 1854, el Banco Español de San Fernando cambia su nombre por el actual de Banco de España, y que a partir de 1894 fue el único que tenía la facultad de emitir billetes.
A lo largo del siglo XIX el Banco de España contó con diversos emplazamientos en Madrid. En 1882 se desarrolla la idea de dotarlo con un nuevo edificio. De dicho edificio, el que conocemos en la actualidad, se colocó la primera piedra el día 4 de julio de 1884 sobre un amplio solar. Cambios y modificaciones dieron lugar a un colosal edificio inaugurado en 1891, edificio que sufrió una importante ampliación en 1.927, con la adquisición de las casas del conde de Santamarca, situadas en la calle de Alcalá, a continuación del edificio inicial.
Edificio de carácter sobrio, los limitados adornos escultóricos quedan reservados al chaflán de la plaza de Cibeles y a las portadas principales del Paseo del Prado y de la calle Alcalá, esta última tras la ampliación de 1927.
Las reservas de oro (unas 283 toneladas en 2019) se encuentran depositadas en sus propias cámaras acorazadas y en diferentes entidades de Londres y Nueva York. Las obras de construcción de la cámara acorazada para la custodia del oro se enmarcaron dentro del proyecto de remodelación del edificio del Banco de España. Las obras comenzaron a finales de 1932 y terminaron año y medio después. La construcción es de hormigón armado y cemento fundido. Las obras requirieron minuciosos estudios geológicos y análisis de los materiales que iban a utilizarse.
Fue necesario entubar y desviar las aguas colgadas presentes en el subsuelo, a 25 m. de profundidad y que presionan las paredes de la cámara. Esta agua corresponde a los arroyos de Las Pascualas (que corre casi a nivel de superficie a lo largo de la Castellana y que fue, en su día, canalizado), y de Oropesa (que baja por Alcalá y es el mismo que alimenta la fuente de la Cibeles).
El acceso a la cámara se realiza a través de varias puertas acorazadas (fabricadas en USA), la primera de las cuales pesa alrededor de dieciséis toneladas, y las demás puertas más pequeñas pero también acorazadas, entre las quince y las ocho toneladas. La puerta acorazada tiene una tolerancia ínfima (de décimas de milímetro), por lo que cualquier impureza en el arco impide que encaje correctamente y que puedan activarse los puntos de anclaje.
Además, la puerta es de acero, pero no inoxidable, por lo que hay que cuidar mucho su mantenimiento. Siempre debe estar cubierta de una fina capa de vaselina para evitar que se oxide.
Las medidas de seguridad en todos los accesos a la cámara son extremas. Además de las puertas acorazadas, hay rejas de seguridad y nunca se abre una puerta sin haber cerrado previamente la anterior. En caso de emergencia, se acciona una alarma que libera el agua subterránea que fue canalizada en la obra, inundando este acceso a voluntad. Nunca se ha utilizado este mecanismo, ya que en los ochenta años de vida de la cámara nunca ha habido un intento de acceso no autorizado.
¿Se puede inundar la cámara?-
Como ya he indicado, si fuese necesario sería el foso de acceso a la cámara el que puede inundarse, y no la propia cámara como se ve en la película 'Way Down'. Así que, en la película lo que se describe es una verdad a medias. Las aguas para esta inundación provienen de dos arroyos subterráneos: el arroyo de las Pascualas, que corre a lo largo del Paseo de la Castellana, y el arroyo de Oropesa, que baja por la calle Alcalá y que se usa para alimentar la fuente de Cibeles.
El foso, situado a 35 metros bajo tierra, puede anegarse por encima de la puerta de acceso. Asimismo, existe un puente retráctil que lo cruza, puente que solo permite el acceso de una sola persona. Esta otra medida de seguridad para evitar el acceso no autorizado, haría que dicho foso se inundase de agua y que, el puente fuese manualmente retirado. Ya se ha dicho que este mecanismo no ha sido nunca utilizado.
Como curiosidad, en enero de 2021, la borrasca 'Filomena' congeló el reloj por primera vez durante sus 130 años de vida (no se había detenido nunca, ni siquiera durante la Guerra Civil). En concreto, fue a las 11:35 de la mañana, del sábado 9 de enero.