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NOTA.- Pulsa sobre cualquier imagen para verla a mayor tamaño y con su pie de foto correspondiente.
A principios del siglo XX se descubrió la luz producida por la aplicación de descargas eléctricas a los extremos de un tubo de vidrio lleno de gases nobles. Pero, la luz anaranjada que se producía cuando el tubo estaba relleno de gas neón fue la que más sorprendió a la sociedad de la época. Fue por ello que se llamó por el nombre de este gas noble a todos los elementos de este tipo, independientemente del gas con que estuviesen rellenos y el color que produjesen.
Pronto se pensó en el uso de estas lámparas luminosas en el campo de la publicidad y, los carteles de 'neón' comenzaron a iluminar la noche de muchas ciudades como Nueva York, París y como no, Madrid.
Así, la noches madrileñas estaban alumbradas por la multitud de rótulos luminosos que en ella había. Es lo que era conocido como 'El Madrid de las luces de neón'. Y así fue hasta que una normativa municipal que regulaba la publicidad exterior hizo que la mayoría de ellos desaparecieran. Pero algunos sobrevivieron a la ordenanza municipal, fueron aquellos que, por haberse incorporado de forma indisoluble a la imagen de la ciudad, merecieron el indulto municipal.
El Ayuntamiento de Madrid 'indultó' inicialmente cuatro carteles por considerarlos como rótulos publicitarios históricos: Tío Pepe, Schweppes, BBVA y Firestone, aunque finalmente este último, instalado en 1956, no se salvó de la 'hoguera' y se retiró en 2014. Actualmente sobreviven 8 de todos los que existieron.
Los que fueron indultados tras la entrada en vigor de la nueva normativa y, por tanto, permanecen y, los más característicos de los desaparecidos son el objeto de este tema.
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Los que permanecen.-
El más icónico de la capital.-
¿Quién no ha fotografiado la Gran Vía utilizando como fondo el rótulo luminoso de Schweppes?
El cartel de Schweppes luce en los alto del edificio Carrión (también conocido como Edificio Capitol por el nombre del hotel. Las habitaciones 1002 y 1102 están justo detrás del letrero luminoso) desde 1972 (actualmente también existe otro luminoso de la empresa Vodafone).
El edificio Carrión está situado en una atalaya privilegiada en un punto emblemático de la ciudad, que antes de alojar el famoso letrero mostró uno de la marca de tabaco Camel, además de otros carteles de menores dimensiones, que solo quedan en la memoria de los madrileños más veteranos.
El neón de la marca Schweppes tiene un ciclo que empieza encendiéndose poco a poco la marca Schweppes de color azul y después de color amarillo. Cuando acaba esta parte se empiezan encender el neón de colores de derecha a izquierda y se apaga de izquierda a derecha dos veces los dos pasos. Más tarde, se enciende el neón de fuera hacia dentro y se apaga de dentro hacia fuera tres veces los dos pasos. Después color a color del neón van encendiéndose y apagándose (uno sí, otro no) 5 veces cada color. Y el ciclo acaba encendiéndose todo el neón y la marca Schweppes de color amarillo parpadea 3 veces y vuelve a empezar.
El rótulo del cine Capitol.-
Otro indultado. En los bajos del mismo edificio. el Carrión, se encuentra uno de los mejores conjuntos de neón de Madrid, sobre la marquesina del popular cine Capitol (sala para casi 2.000 espectadores actualmente dividido en varias salas más pequeñas). El Cine Capitol es uno de los pocos cines que sobreviven en la ya centenaria Gran Vía de Madrid, que era la calle donde se encontraban los cines más notables.
Este luminoso atemporal de cine clásico contrasta con el anuncio Schweppes y sigue iluminando la Gran Vía que la zona del cine y los espectáculos. El luminoso interrelaciona con maestría con la arquitectura del edificio donde está ubicado de aire modernista.
Otro indultado de Schweppes en la Gran Vía.-
En la Gran Vía en su confluencia con la calle San Bernardo, casi enfrente del icónico cartel de Schweppes del edificio Carrón, existía otro luminoso de Schweppes. Y digo existía ya que, aunque fue 'indultado' por el ayuntamiento el anunciante debía pagar a la comunidad de vecinos por el mantenimiento de su luminoso en este punto estratégico. Si no renovaba el contrato con la comunidad propietaria no tenía opción de permanecer.
Seguimos en la Gran Vía.-
La corona amarilla de 'ROLEX' con sus letras verdes lleva situadas en el edificio Grassy desde comienzos del siglo XXI. Y junto a su historia y situación se encuentra en uno de los puntos más emblemáticos y fotografiados de la ciudad de Madrid debido a su privilegiada situación tras el maravilloso edificio Metrópolis. Antes del cartel de Rolex, aquí se pusieron otros rótulos de otras marcas de relojes como Jaeger-LeCoultre, Audemars Piguet, Piaget y Baume et Mercie.
Sol de Andalucía embotellado.-
¿Alguien imagina la Puerta del Sol sin su Tío Pepe? Históricamente situado en el edificio del nº 1 de la Puerta del Sol, edifico que albergaba al hotel París, fue colocado en 1935, pero diferentes avatares lo sacaron del lugar, adonde ya no va a volver.
Otro edificio de la misma plaza se hizo cargo de él, y actualmente podemos disfrutar de esta botella con torera y sombrero en el edificio número 11 de la Puerta del Sol, junto enfrente del famoso reloj.
Como curiosidad, el renovado luminoso es mucho más ligero (24 toneladas frente a las 70 del original) y la nueva iluminación LED lo hace más eficiente.
El edificio Iberia.-
El edificio, construido en 1953, situado en la confluencia de la calle Francisco Silvela con la avenida de América es la Torre Ibiza aunque popularmente se conoce como el edificio Iberia por el rótulo luminoso de la compañía aérea de bandera española, que eligió el emplazamiento por su altura y por encontrarse precisamente en la carretera que llevaba y traía del aeropuerto madrileño.
Anunciando un hotel de lujo.-
Sobre la cubierta en forma de mansarda de este famoso hotel de ya cien años cumplidos, nos encontramos el gran letrero luminoso que reza 'PALACE HOTEL', once letras de neón que desde 1912 iluminan la plaza de Neptuno y la noche madrileña con su luz rosada.
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Los desaparecidos.-
Otros no fueron indultados y han desaparecido para siempre. El problema es que no siempre es posible conseguir fotos de ellos, Así que, si no puedo mostrar una foto al menos los describiré.
La hucha de la Caja.-
El cartel que se mostraba en la azotea del edificio de la desaparecida Caja Postal de Ahorros, pues dejó de existir en 1991, me fascinaba.
La foto es la mejor que he podido conseguir y el rótulo mostraba una hucha y una moneda animada que se introducía hasta desaparecer (encerrada por el círculo).
Neumáticos frente al Buen Retiro.-
Ya no esta con nosotros el cartel luminoso de los neumáticos Firestone, instalado en 1956 en la confluencia de las calles de Alcalá y O’Donnell, al lado de las antiguas Escuelas Aguirre.
Aunque este rótulo se había noticiado como 'indultado', fuentes municipales especifican, sin embargo, que el cartel nunca fue 'indultado'.
Previamente al desmontaje la empresa propietaria había comunicado: “El rótulo es único, no existe otro igual en el mundo y cumplía con todas las normativas. Lo habíamos actualizado tanto en temas de seguridad como de mantenimiento, pero parece ser que no cumple con lo que el Ayuntamiento considera histórico”.
La calle Montera iluminada.-
Había mucha publicidad de Philips en la capital, pero este luminoso, instalado en la calle Montera nº 26, en los años '60, lo veía todos los días de vuelta a casa.
Pero llegaron la mujeres 'malas' (las llaman mujeres 'malas' aunque creo que están muy 'buenas') y desapareció.
Puesto en contacto con la portavoz de la susodichas mujeres 'malas' me indican que ellas no tuvieron nada que ver en su desaparición.
Pequeños pero emblemáticos.-
El recorrido por los carteles luminosos de Madrid también ofrece otras sorpresas. Algunos destacan por formar parte del escaparate de locales con solera, pese a ser de menor tamaño, como sucede con la coctelería Museo Chicote, la chocolatería San Ginés o el bar El Brillante, en la glorieta del Emperador Carlos V (Atocha).
En una de las entradas a mi colegio, en la Puerta del Sol, existía un restaurante (El Tobogan) que tenía un rótulo de neón representando a un camarero con una bandeja, que se movía rápidamente. Lo del camarero con la bandeja estaba bien si no fuera por que era un restaurante de autoservicio (el primero que hubo en Madrid - no he podido conseguir ninguna foto de este rótulo).
Actualmente los neones son cada vez menos habituales y son sustituidos por otras fuentes de iluminación más modernas, como el LED, pero el componente artesanal y el encanto y el atractivo de los tubos delicadamente doblados para conseguir las formas de las letras y las siluetas iluminadas siguen teniendo un lugar en nuestras ciudades, para deleite de los más nostálgicos.
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