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La estación del Norte y alrededores

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La construcción por la empresa 'Caminos de Hierro del Norte de España' del ferrocarril de Madrid a Hendaya, hizo necesaria crear una estación termino en Madrid. A tal fin, en 1861 se prepararon unas instalaciones provisionales que, día 16 de julio de 1882 se convertirían en la estación del Norte (o estación de Principe Pio) definitiva.
Instalaciones provisionales, en 1861, de lo que sería la definitiva estación del Norte en 1882.
Al fondo se ve El Palacio Real de Madrid.
Estación del Norte (o de Príncipe Pio).-

La Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, y debido a la inauguración del ferrocarril que iba desde Madrid a Hendaya, construyó en 1861 unas instalaciones provisionales, lo que motivó que no tuviera una inauguración oficial. En el lugar donde se construyó esta estación provisional luego se construyó la Estación del Norte definitiva el día 16 de julio de 1882. De esta manera, esta estación provisional estuvo en funcionamiento en junio de 1861, estando conectada con la línea de El Escorial.

Las complicadas circunstancias políticas que existían en España, con las Guerras Carlistas, retrasaron la apertura de toda la línea Madrid-Hendaya, hasta 1876, lo que explica que la Estación mantuviera estas instalaciones provisionales durante tanto tiempo.

La apertura de toda la línea posibilitó y obligó a la compañía la construcción de una estación definitiva. El 16 de julio de 1882 se inauguró la parte destinada a viajeros, pero sólo uno de los dos edificios previstos. Hasta 1928 no se construyó el segundo edificio de viajeros.

El Palacio Real y los Jardines de Sabatini.-

 

Ermita de San Antonio de la Florida.-

 

Puente de los Franceses.-

 

Puente del Rey.-

 

Puerta de San Vicente.-

 

La Rosaleda.-

Debajo una galería de imágenes sobre La Estación del Norte y alrededores.

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Salón del Trono del Palacio Real

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El Salón del Trono, llamado también de Besamanos del Cuarto del Rey, de Reinos, o de Embajadores, conserva la totalidad de su conjunto decorativo tal y como fue ideado y realizado en el reinado de Carlos III, pues quedó completamente acabado en 1772.

La reciente restauración ha devuelto todo su esplendor a esta magnífica sala mediante la limpieza del fresco y la sustitución del terciopelo original por otro nuevo, al que se pasó el bordado. Aquí recibía el soberano todas las audiencias de ceremonia, hasta la última, pues en este salón, de acuerdo con la etiqueta, quedaba expuesto el cadáver del rey difunto antes de su traslado al Panteón de San Lorenzo el Real; entonces se retiraban las mesas, los adornos de espejos y el solio, y se cambiaba la colgadura. 

Aunque Sacchetti pensó cubrir todas las paredes de esta galería con mármoles que enmarcarían espejos y bajorrelieves, nada se hizo antes de la llegada de Carlos III. El Rey prefirió que la decoración de esta sala fuese dirigida por su hombre de confianza en materias de buen gusto, el conde Gazzola, que encargó los diseños para el mobiliario al arquitecto piacentino Giovanni Battista Natali. Esta decoración ha de ser entendida como un todo concebido por Gazzola y su equipo italiano de artistas, que no dudaron en recurrir a su lugar de origen para contratar la elaboración de la totalidad de los elementos en respuesta a las preferencias de Carlos III por las fórmulas estéticas napolitanas. 

Es entrando desde el Este como debe entenderse La grandeza y poder de la monarquía española, obra de Tiepolo expresada en la bóveda mediante un gran número de figuras alegóricas y alusivas que se explayan sobre un fondo de cielo abierto.  

Hacia la mitad de la sala se divisa bien el grupo central, la Monarquía española, cuyo elemento fundamental es el trono. Se encuentra flanqueado por las estatuas de Apolo y Minerva y demás personificaciones, aunque el original, del que son copia fiel los dos que aquí se ven, se conserva en las colecciones de Palacio.  

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