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Las navidades

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NOTA.- Pulsa sobre cualquier imagen para verla a mayor tamaño y con su pie de foto correspondiente.

Por doquier se escucha que las navidades en Madrid ya no son lo que eran, principalmente por personas que superan los 40 años. Este comentario revela una doble realidad: una es que las navidades son unas fiestas idóneas para niños (y dolorosa para muchos adultos), pero la otra es que es un periodo cada vez menos determinado por las ideas religiosas y más por el consumismo, lo que provoca la pérdida de cierto espíritu navideño.

La iluminación navideña en los años 60 y 70.-

Hace ya mucho tiempo que la llegada de la Navidad y su disfrute es sinónimo de iluminación nocturna. De hecho, el encendido del alumbrado de las calles es, cada vez, una de las fechas a las que más atención presta la gente. El verdadero inicio de las fiestas y de su contagioso espíritu.

Abeto natural instalado el la plaza de España en la confluencia con Gran Vía, y que mide 18 metros, pesa unas 1,5 toneladas y que está iluminado por 27.000 puntos de luz.Actualmente, el abeto instalado en la recientemente reformada Plaza de España ha robado protagonismo a la Puerta del Sol, y se ha convertido en el kilómetro 0 de las fiestas en la capital. La iluminación navideña en la capital se ha iniciado con el encendido del gigantesco abeto de 18 metros, instalado en la confluencia con Gran Vía, e iluminado por 27.000 puntos de luz.

Pero, volviendo la cabeza al pasado, si la iluminación de los últimos años hay a quien le parece pobre o escasa, ¿Qué os provoca y despierta la fotografía de la plaza de Callao a finales de los años 60?

La plaza de Callao de Madrid en Navidad con el eterno abeto de Galerías Preciados. A la derecha vemos una estrella luminosa colgando en la calle de Preciados, y que debía ser un modelo estándar, pues era la misma en todas las calles del Centro y ... año tras año. Buena política de ahorro la del ayuntamiento de la capital.En la fotografía vemos a una Plaza de Callao atiborrada de gente (hay cosas que no cambian) pero con una iluminación, tan escueta y sencilla, que más que provocarnos sentimientos positivos casi nos empuja tímidamente hacia ) la melancolía (por cierto, que la estrella colgada que se ve a la derecha, en la calle Preciados, debía ser un modelo estándar, pues era la misma en todas las calles y año tras año.

Una escena en que una marabunta borrosa baila a los pies de una espesa bruma, lo otorga a este recuerdo del pasado unas sensaciones casi opuestas a las actuales Navidades en Madrid.

Mercadillo navideño de la plaza Mayor.-

En la actualidad, en Navidad, muchos lugares de Madrid acogen mercadillos de diverso tipo, con productos distintos, pero siempre decorados y coloristas. Unos son ideales para adelantar regalos, otros te llenan los sentidos con los dulces más ricos y variados y todos te llenan de espíritu navideño, pero de siempre el más típicamente navideño de Madrid es el ml mercadillo navideño de la plaza Mayor, el cual tiene su origen en el que en el siglo XVII comenzó a funcionar en su vecina plaza de Santa Cruz y, que fue extendiéndose por las calles y plazas aledañas.

El mercadillo navideño de la plaza Mayor en la primera mitad de los años '60En el siglo XIX el ayuntamiento lo reguló (y sacó su dinero en base a expedir licencias de venta por m2. ocupado) y lo restringió a la plaza Mayor, calle de Ciudad Rodrigo, calle de Zaragoza y plaza de Santa Cruz. En 1860 se restrigió exclusivamente a la plaza Mayor.

En el mercadillo inicialmente se vendían alimentos (carnes, verduras o frutas), animales (corderos, pavos y pollos vivos, sobre todo), flores, adornos y regalos. Tras el receso obligado de la Guerra Civil, el ayuntamiento de Madrid prohibió en 1944 que se siguieran vendiendo productos alimenticios en la Plaza Mayor y ordenó que las casetas se limitasen a vender artículos de broma, adornos navideños y figuras para el Belén.

En 1962, el mercadillo de Navidad de la plaza Mayor se hizo especialmente popular en toda España gracias a la película 'La gran familia', en la que un desesperado abuelo pierde a su nieto más pequeño, en medio del gentío.

Yo, que vivía en la calle Mayor, junto detrás de la plaza Mayor, cuando llegaban las navidades me pasaba horas y horas en él y me conocía a muchos vendedores (que solían ser piperas o gente que tenía pequeños puestos por la zona y, que poniendo un puesto en este mercadillo, me decían, se sacaban unas 'perrillas' extra).

El aguinaldo.-

Un guardia del orinal (así les llamaba por la forma del casco que llevaban) en su 'púlpito' (templete) y rodeado de los regalos que le dejaban como aguinaldo navideño.

Era típico el desfile de todos los que prestaban algún servicio en el barrio.

El cartero, el barrendero, ... llamaban a casa y con una tarjeta que ponía algo como: 'El XXXX del barrio le felicita las navidades' te pedían que les dieses algo.

Pero lo que me llamaba más la atención era la imagen del 'Guardia del orinal' (así llamaba a los policías municipales por el peculiar casco con que se tocaban) por el , el cual, estaba subido en su 'púlpito'  (templete) rodeado de regalos que le dejaban los automovilistas. Y es que en Navidad era costumbre dejarles regalos, como se ve en la imagen.

(Nota.- Les tenía un poco de respeto pues solía llevar 'amotos' que no eran robadas (por supuesto), pero no tenía carné para conducirlas. )

Fin de Año en la Puerta del Sol.-

Como vivía en la calle Mayor, la costumbre el día de Fin de Año era, después de cenar en casa ir a tomar una botella de Champán a una cafetería de la calle del Carmen.

A pesar de vivir al lado solo una vez he ido a la Puerta del Sol en fin de año. Fue en el año mostrado en la fotografía. Actualmente hay un tremendo control del aforo pero entonces eramos 'cuatro gatos' o 'cuatro gatos y medio', más o menos. Al terminar la bajada y subida de la bola del reloj, más de uno beodo abandonaba la plaza (seguro que en ese estado habían llegado).Pues, después de ir varios fines de año solo uno me acerqué a la Puerta del Sol. Era el día de Fin de Año de 1959 y, creo que había habido más gente al mediodía que para despedir el año. Y es que la gente se 'pillaba unas cogorzas' que, claro, no llegaba, no como ahora en que la policía tiene que impedir que pase más gente pues no caben más (en circunstancias no-COVID)

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