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Parque de la Quinta de Los Molinos

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Fotografía: Los almendros de La Quinta de los Molinos se llenan de colorido con los primeros compases de la primavera.

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El Parque de La Quinta de los Molinos es un parque público situado en el barrio de Salvador en el distrito de San Blas-Canillejas. El parque es de uso público cuyo origen es una finca de recreo rústico urbana con zonas de explotación agrícola y un marcado carácter mediterráneo, que dispone de edificios y arquitecturas declaradas de alto interés. Cerrado en la totalidad de su perímetro con cinco puertas de acceso.

En la zona alta el arquitecto César Cort Botí construyó un palacete de estilo funcionalista que se puede observar en su fachada sobria. Allí estableció su residencia habitual, hasta que tuvo una caída en las escaleras del mismo. Entonces decidió cerrar el edificio y desplazarse a la Torre del Reloj, inmueble que encontrareis a escasos metros y que se construyó, inicialmente, con la intención de ser la residencia familiar de verano.
Casa Palacio

El parque incluye grandes extensiones de arbolado, en el que podemos encontrar una gran cantidad de especies (olivos, pinos, eucaliptos), aunque la estrella del parque son los almendros, que florecen en febrero y marzo, ofreciendo un fantástico espectáculo.

El parque está dividido en dos zonas claramente diferenciadas: la zona norte con estilo romántico paisajista y la zona sur de carácter agrícola.

Breve historia del parque.-

Aunque su origen se remonta a la época de los Reyes Católicos, cuando Felipe II era el monarca de España. En ese entonces, la finca era conocida como Quinta del Recuerdo, debido a que estaba situada en un lugar alejado de la ciudad, rodeada de campos y molinos de viento, la historia reciente de la Quinta de los Molinos se remonta a principios del siglo XX, cuando el arquitecto César Cort Botí la adquirió y comenzó a transformarla en lo que es hoy.

Originalmente, esta zona era un terreno agrícola utilizado para el cultivo, pero con la visión de Cort, se convirtió en un espacio único donde mezcló elementos de jardinería tradicional española con influencias de jardines orientales. Este enfoque creó un estilo único que define al parque hasta hoy.

Uno de los cinco molinos americanos de los años 20 que su último propietario privado construyó para para aprovechar la fuerza del viento y moler trigo, convirtiéndose así en una próspera industria, y que dan nombre a la quinta.
Molino de viento

El nombre de Quinta de los Molinos se estableció en el siglo XIX, cuando la finca fue adquirida por Carlos María Cortina, un marqués que decidió construir cinco molinos de viento para aprovechar la fuerza del viento y moler trigo, convirtiéndose así en una próspera industria

Durante la Guerra Civil Española, la Quinta de los Molinos sirvió como un lugar de descanso para los soldados. A pesar de los estragos de la guerra, el parque logró preservar gran parte de su belleza y estructura. Posteriormente, en 1980, fue declarado como Parque Histórico, y en 1997, un Bien de Interés Cultural, reflejando su importancia histórica y cultural para Madrid y España.

La floración de los almendros.-

La principal atracción de la Quinta de los Molinos es, sin duda, la floración de sus almendros. Cada primavera, estos árboles se visten de un blanco y rosa pálido, ofreciendo un espectáculo que atrae a miles de visitantes. Este fenómeno natural, usualmente entre febrero y marzo, marca el inicio de la primavera en Madrid y simboliza un renacer de la naturaleza.

El espectáculo de la floración de almendros no solo es un deleite visual; también es una experiencia sensorial. El aroma suave y dulce de las flores, combinado con el canto de los pájaros y el suave murmullo de los paseantes, crea un ambiente mágico que es difícil de encontrar en otras partes de la ciudad.


El siguiente vídeo es un relajante paseo por el parque de la Quinta de Los Molinos y sus característicos almendros en flor.

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El lago del parque de la Quinta de los Molinos tiene su origen en los pequeños arroyos que regaban los huertos, jardines y árboles de este parque en el siglo XX. Es un agradable estanque que cuenta con su propia fauna de tortugas, peces y réptiles.
Lago del parque

En conclusión, la Quinta de los Molinos es mucho más que un simple parque. Es un símbolo de la historia, cultura y biodiversidad de Madrid. Representa un compromiso con la conservación del medio ambiente y con el bienestar de sus habitantes. En cada visita, los madrileños y turistas no solo disfrutan de un entorno natural único, sino que también se conectan con una parte integral de la identidad de la ciudad.

Este parque es, sin duda, un tesoro escondido en el corazón de Madrid, un lugar que merece ser descubierto y apreciado por todos aquellos que buscan un momento de paz y belleza en medio de la vibrante vida urbana. Este lugar simboliza la capacidad de la naturaleza para enriquecer Madrid, aportando un oasis de tranquilidad y un recordatorio de la importancia de cuidar nuestros espacios verdes para las futuras generaciones.

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